Meditación Diaria
miércoles, 25 de agosto de 2021
El acercamiento amoroso de Dios
El encuentro del Señor con la mujer samaritana es un maravilloso ejemplo de su amoroso cuidado de las personas que sufren. Aunque este encuentro pudo parecer accidental, en realidad fue una cita providencial con el Mesías.
Cuando la mujer se acercó al pozo, el Señor Jesús inició la conversación pidiéndole que le diera un trago de agua. Como los judíos y los samaritanos no fraternizaban entre sí, su acercamiento directo la sorprendió. Pero abrió la puerta para el diálogo.
Durante todo el intercambio, el Señor quiso ayudar a la mujer a reconocer su mayor necesidad, para poder satisfacerla: la salvación. Al parecer ella había estado buscando amor y aceptación, pero ahora Cristo le ofrecía el agua viva del Espíritu Santo, lo único que podría saciar su sed espiritual.
Al igual que la mujer samaritana, nosotros a veces podemos estar tan concentrados en satisfacer nuestras necesidades inmediatas, que no vemos la mano de Dios extendida con amor, ofreciendo satisfacción verdadera. El mundo hace todo tipo de promesas de amor, aceptación y autoestima, pero estas nunca duran. Solo el Señor Jesús puede llenar nuestras almas vacías para la eternidad. Así que, cuando su pozo se seque, busque a Cristo y deje que Él sacie su sed con su Espíritu.
Biblia en un año: Lamentaciones 1-2
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